jueves, 30 de septiembre de 2010
“Mirad, cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios;.......
“Mirad, cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.” I Juan 3:1,2
Hoy quiero Percibir, en mi Espíritu la manera como el Padre me ha amado. Hoy quiero considerar en su presencia quien era yo y entender en mi corazón como el Padre me ama. Qué gran privilegio que la Biblia dice que soy un hijo de Dios. ¡Qué relación tan alta esta, de ser un hijo, y qué privilegios esto trae! ¡Qué cuidado y ternura el hijo espera de su padre, y qué amor el padre siente hacia el hijo!.
En lo que concierne a la desventaja temporal de sufrir con el hermano mayor, Hoy acepto eso como un honor: “Porque el mundo no nos conoce porque tampoco lo conoció a él”. Hoy estoy contento al ser un desconocido por el mundo, porque se que a él tampoco lo conoció.
Amados, ahora somos nosotros los hijos de Dios. ” ¡Qué fácil es leer, pero no es tan fácil el sentir! ¿ Cómo está tu corazón esta mañana? ¿Estás en las profundidades del duelo? ¿Sube la corrupción dentro de tu espíritu? ¿Que permites que alimente tu espíritu, tu mente, tu vida?, y la gracia parece como una chispa pobre pisoteada debajo del pie? ¿Casi fracasa tu fe en ti?
Con todas estas cosas contra nosotros, en las mismas profundidades de nuestro duelo, adondequiera que nosotros podamos estar – - ahora, en el valle de sombra o sobre la montaña. “Amados, ahora somos nosotros los hijos de Dios”.
Ah, pero, “tu dices": Pero ¿cómo puedo yo ser hijo de Dios si todavía no tengo mi vida totalmente ordenada, mis gracias no son tan nítidas; mi honradez no brilla con la gloria evidente?”. Escucha entonces lo que dice el próximo versículo:Aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.
El Espíritu Santo purificará nuestras mentes, y el poder divino refinará nuestros cuerpos, nuestras vidas, entonces nosotros lo veremos como Él tal es y seremos como Él es.
Padre. Gracias por llamarme y hacerme tu hijo. Cuando no conocía la verdadera dimensión de un amor de Padre tu me amaste. Hoy soy un hijo de Dios, no porque lo digo yo, sino porque tu palabra lo dice. Amén.
miércoles, 29 de septiembre de 2010
Dios te sigue sosteniendo.
Llegue a casa esa tarde del trabajo y mi esposa me estaba esperando con una cara de “Ya no más”. Efectivamente me dijo: “Mi amor, ya no soporto este olor, es necesario hacer algo. El ratón muerto hiede insoportablemente, hay que localizarlo”.
Esa tarde con pocas ganas de hacerlo inicie mi profunda pesquisa y luego de casi una hora siguiendo mi olfato, mi escasa intuición y mi poca experiencia forense, logré dar con el muerto.Estaba en el cielo raso cerca de la cocina. Nos había atormentado el olor los últimos tres días, pero ahora había llegado la hora del alivio y descanso para nuestros golpeados olfatos sensibles. Ese día entendí que cuando el ratón muere, la vida no debe parar. Hay que buscarlo, desecharlo , no ignorarlo y volver a comenzar.
Cuando algo muere hay que enterrarlo. Nada es eterno, salvo la vida que el Señor ofrece. Todo lo demás muere. Se mueren las finanzas, las personas, la épocas, las relaciones, la salud, el trabajo, las posiciones. Cuando algo muere en la vida, no debemos parar. Hay que buscar el ratón y enterrarlo.
He encontrado muchos que prefieren vivir el restos de sus vidas con el olor nauseabundo del lamento, la queja y la victimización generando una cultura de sifrimiento y cuando eso pasa la vida deja de fluir. Se quedan en la esquina de la existencia humana sin procesar el quebranto ignorando que cuando algo muere es porque hay otro algo que quiere vivir.
El Señor le dijo a Josué en el capítulo 1 de Josué. “Mi siervo Moisés ha muerto…ahora sube tú a la tierra que os he entregado”. Josué, La Vida no para. a Moisés lo entierras y tú sigue adelante.
Nos gozamos con promesas en la Biblia que nos alientan pero ignoramos a veces la antesala de las promesas. Una de esas promesas que nos alienta está en Jeremías 29:11 “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice el Señor, pensamientos de paz y no de mal, para daros el fin que esperáis”.
Maravillosa promesa, pero no miramos la primera palabra de este verso: “Porque”. Esta palabra es un Puente entre una antesala y la promesa. Toda promesa tiene una antesala, una razón de ser promesa. Es una promesa que llega cuando el ratón se muere. Veamos los primeros versos del mismo capítulo y entenderemos el “por qué” de la promesa.
Porqué el ratón de la Libertad murió: “Así ha dicho el Señor de los ejércitos, Dios de Israel, a todos los de la cautividad que hice transportar de Jerusalén a Babilonia”: Jeremías 29:4
El pueblo había sido llevado cautivo, estaban llorando el estar en tierra extranjera y el haber perdido casas, propiedades , familia. A ellos es que Dios les da la promesa, pero lo que les dice en este verso 4 es, el ratón de la libertad murió. Nada sucede sin el permiso de Dios. Fue Dios el que los hizo transportar a Babilonia.
La Vida no debe Parar. “Edificad casas y habitadlas; plantad huertos y comed del fruto de ellos. Casaos y engendrad hijos e hijas; dad mujeres a vuestros hijos y dad maridos a vuestras hijas, para que tengan hijos e hijas. Multiplicaos allá, y no disminuyáis”. Jeremías 29:5,6
El Señor les dice: “No paren, El ratón murió, búsquenlo y entiérrenlo. Vuelvan a comenzar. Edifiquen, Planten, Coman, Cásense, engendren hijos, multiplíquense, no se achicopalen, no disminuyan. No se queden en la esquina del mundo llorando el resto de sus vidas, porque si no perderán la promesa.
A pesar de las Circunstancias Impacten , Inyecten y propulsen el ambiente, el lugar y la gente donde están:
“Procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella al Señor, porque en su paz tendréis vosotros paz”. Jeremías 29:7.
Yo los lleve allí, Aunque no les guste yo tengo mi propósito y mientras eso se cumpla, Hagan un impacto donde está,. Inyecten paz, fe y esperanza y propulsen un ambiente que contagie a todos, porque esa paz los tocará a ustedes y a quienes les rodean. Ustedes están hechos de otra fibra. Entierren el ratón y vayan más allá de lo que los oprimen. Rueguen a Dios que la Oración es la mejor herramienta para volver a comenzar.
No escuchen las voces que deprimen, oprimen o restringen:
“Porque así ha dicho el Señor de los ejércitos, Dios de Israel: No os engañen vuestros profetas que están entre vosotros, ni vuestros adivinos, ni hagáis caso de los sueños que sueñan. Porque falsamente os profetizan en mi nombre. Yo no los envié, ha dicho el Señor”. Jeremías 29:8,9.
Cuando el ratón muere nunca faltan los que vienen para culparnos de la muerte del ratón, para darnos las consabidas clases de lo que deberíamos haber o no haber hecho. Llegan los maestros de la vida para decirnos que debido a la muerte del ratón no podremos volver a comenzar. Que nuestra meta se acabo. Que no vale la pena volver a comenzar.
Job los tenía en medio de su quebranto. Eran filósofos y eruditos de la existencia humana que solo multiplican el olor de lo que murió , pero no se mueven a ayudarnos a buscar el ratón muerto. Ellos podrían escribir libros que lo explican todo y serían best Sellers. Dios dice a esos no los envíe yo. No son mis profetas.
Ustedes no paren ni para escucharlos. La vida no para. Aprende de lo sucedido y sigue adelante. Ellos pueden dar sus clases en otro salón, porque ustedes están ocupados en hacer salón para mis promesas.
Dios tiene sus tiempos y sus tiempos nunca se equivocan: “Porque así dijo el Señor: Cuando en Babilonia se cumplan los setenta años, yo os visitaré y despertaré sobre vosotros mi buena palabra, para haceros volver a este lugar”.
Los tiempos de Dios son precisos. No fallan. Cuando algo muere es porque hay otro algo que comenzará a vivir. El es el principio y el Fin. En El todo comienza y todo acaba. No te aferres a nada, menos a los muertos. Lo que hoy te hace llorar, mañana te hará reír. Cuando el tiempo se cumpla lo verás.
El reloj de Dios tiene su tiempo ajustado y siempre da la hora exacta aunque casi nunca coincide con mi reloj.
La Promesa es Real y Segura: Ahora es cuando puedo entender el por qué de la promesa: “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice el Señor, pensamientos de paz y no de mal, para daros el fin que esperáis”. El Sabe, El tiene y el Da.
El Sabe los pensamientos que tiene. El tiene algo acerca de nosotros y él da el fin que esperamos.
Que bella promesa..pero es más bella cuando la vemos en el cuadro completo y mucho de ese cuadro nos hizo llorar o temblar. Gloria a Dios¡¡. Ahora lo podemos ver.
Y cuando enterramos el ratón y vemos la promesa nuestra forma de orar cambia: “Entonces me invocaréis. Vendréis y oraréis a mí, y yo os escucharé. Me buscaréis y me hallaréis, porque me buscaréis de todo vuestro corazón. Seré hallado por vosotros, dice el Señor; haré volver a vuestros cautivos y os reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde os arrojé, dice el Señor. Y os haré volver al lugar de donde os hice llevar”. Jeremías 29:12-14.
La perspectiva de la oración cambia cuando veo el cuadro completo. Ya el olor no está no está. Ahora está el Señor. Al ratón ya lo encontramos y lo enterramos, pero ahora hallamos al Señor. El panorama cambia. Los colores toman vida. El paisaje resplandece.
No comenzó ahora. Comenzó cuando buscamos al ratón y lo enterramos. Comenzó cuando entendimos que la vida no para. Comenzó cuando lo vimos a él y él nos amó en medio de la soledad, la desilusión y el quebranto.
Que se te murió? Lo lloras? Esta bien llóralo un rato pero luego entiérralo y recuerda la vida no para, tampoco pares tú. El Señor no para. La vida es corta pero la esperanza es Larga.
Miremos al final del camino…allá nos espera la promesa y un poco más allá quien nos dio la promesa para decirnos.: “Ven buen siervo fiel. En Lo poco haz sido fiel…en lo mucho te pondré”
Cuando el camino se estrecha… con corazón se expande.
Dios te sigue sosteniendo.
Fui puesto a tu cuidado desde antes de nacer;desde el vientre de mi madre mi Dios eres tú. Salmo 22:10.
Dos Ángeles viajeros se pararon para pasar la noche en el hogar de una familia muy adinerada.
La familia era ruda y no quiso permitirle a los Ángeles que se quedaran en la habitación de huéspedes de la mansión. En vez de ser así, a los Ángeles le dieron un espacio pequeño en el frío sótano de la casa. A medida que ellos preparaban sus camas en el duro piso, el Ángel más viejo vio un hueco en la pared y lo reparó. Cuando el Ángel más joven preguntó ¿por qué?, el Ángel más viejo le respondió, "Las Cosas no siempre son lo que parecen."
La siguiente noche, el par de Ángeles vino a descansar en la casa de un señor y una señora, muy pobres, pero el señor y su esposa eran muy hospitalarios. Después de compartir la poca comida que la familia pobre tenía, la pareja le permitió a los Ángeles que durmieran en su cama donde ellos podrían tener una buena noche de descanso.
Cuando amaneció, al siguiente día, los Ángeles encontraron bañados en lágrimas al Señor y a su Esposa. La única vaca que tenían, cuya leche había sido su única entrada de dinero, yacía muerta en el campo. El Ángel más joven estaba furioso y preguntó al Ángel más viejo, ¿cómo pudiste permitir que esto hubiera pasado? El primer hombre lo tenía todo, sin embargo tú lo ayudaste; El Ángel más joven le acusaba.
La segunda familia tenía muy poco, pero estaba dispuesta a compartirlo todo, y tú permitiste que la vaca muriera.
"Las Cosas no siempre son lo que parecen," le replicó el Ángel más viejo. "Cuando estábamos en aquel sótano de la inmensa mansión, yo noté que había oro almacenado en aquel hueco de la pared. Debido a que el propietario estaba tan obsesionado con avaricia y no dispuesto a compartir su buena fortuna, yo sellé el hueco, de manera tal que nunca lo encontraría."
"Luego, anoche mientras dormíamos en la cama de la familia pobre, el ángel de la muerte vino en busca de la esposa del agricultor. Y yo le di a la vaca en su lugar. "Las Cosas no siempre son lo que parecen."
Algunas veces, eso es exactamente lo que pasa cuando las cosas no salen como uno espera que salgan. Si tú tienes fe, solamente necesitas confiar en que cualesquiera que fueran las cosas que vengan, serán siempre para tu ventaja. Y podrías no saber esto hasta un poco más tarde ...
Algunas personas vienen a nuestras vidas y rápidamente se van...pero dejan una huella como estos dos ángeles.
Fui puesto a tu cuidado desde antes de nacer;desde el vientre de mi madre mi Dios eres tú. Salmo 22:10.
Porque él es nuestro Dios y nosotros somos el pueblo de su prado; ¡somos un rebaño bajo su cuidado! si ustedes oyen hoy su voz. Salmo 95:7.
martes, 28 de septiembre de 2010
Eclesiastés 3:15 Aquello que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo que pasó.
"Erase una vez una isla donde habitaban todos los sentimientos.
La ALEGRÍA, la TRISTEZA y muchos más incluyendo el AMOR. Un día, se le informó a los moradores que la isla se iba a hundir. Todos los sentimientos de apresuraron en salir de la isla y se metieron en un barco listo para partir.
Pero el AMOR se quedó porque quería quedarse un rato más, con la isla que tanto amaba, antes que se hundiera.
Cuando por fin se estaba casi ahogando, el AMOR comenzó a pedir ayuda. En eso venía la RIQUEZA y el AMOR le dijo: ¡RIQUEZA, llévame contigo! No puedo hay mucho oro y plata en mi barco y no tengo espacio para ti.
El AMOR le pidió ayuda a la VANIDAD, que también venía pasando... VANIDAD, ¡por favor ayúdame! No te puedo ayudar AMOR, ¡tú estás todo mojado y vas a ensuciar mi barco nuevo!
Entonces el AMOR le pidió ayuda a la TRISTEZA: TRISTEZA, ¿me puedo ir contigo?
Ay AMOR, estoy tan triste que prefiero ir solita.
También pasó la ALEGRIA, pero iba tan alegre, que ni oyó al AMOR clamar por ayuda. Desesperado el AMOR comenzó a llorar, y ahí fue cuando una voz lo llamó: ¡Ven AMOR yo te llevo.
Era un viejito, pero el AMOR estaba tan feliz que se olvidó preguntar su nombre.
Al llegar a tierra firme, el AMOR le preguntó a la SABIDURÌA: ¿Quién es el viejito que me salvo? La SABIDURIA contestó: fue el TIEMPO.
Pero, ¿por qué sólo el TIEMPO me quiso salvar?
La SABIDURÍA respondió: ¡Porque sólo el tiempo es capaz de ayudar y entender al AMOR!
Esta es la verdad. El tiempo tiene un tremendo secreto. Cuando estamos desesperados, el tiempo tiene mucho que enseñarnos. Cuando la oraciòn parece no ser contestada, el Tiempo tiene mucho que mostrarnos. Date tu Tiempo.
¿Hay algo demasiado difícil para el SEÑOR? Volveré a ti al tiempo señalado, por este tiempo el año próximo, y Sara tendrá un hijo. Genésis 18:14.
Vive en ese lugar por un tiempo. Yo estaré contigo y te bendeciré, porque a ti y a tu descendencia les daré todas esas tierras. Así confirmaré el juramento que le hice a tu padre Abraham. Genésis 26:3.
¿No te has dado cuenta? ¡Hace mucho tiempo que lo he preparado! Desde tiempo atrás lo vengo planeando,y ahora lo he llevado a cabo
2 Reyes 19:25.
2 Reyes 19:25.
Eclesiastés 3
Todo tiene su tiempo
1 Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. 2 Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado;3 tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar;
4 tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar;
5 tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar;
6 tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar;
7 tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar;
8 tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz.
9 ¿Qué provecho tiene el que trabaja, de aquello en que se afana?
10 Yo he visto el trabajo que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que se ocupen en él.
11 Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin.
12 Yo he conocido que no hay para ellos cosa mejor que alegrarse, y hacer bien en su vida;
13 y también que es don de Dios que todo hombre coma y beba, y goce el bien de toda su labor.
14 He entendido que todo lo que Dios hace será perpetuo; sobre aquello no se añadirá, ni de ello se disminuirá; y lo hace Dios, para que delante de él teman los hombres.
15 Aquello que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo que pasó.
Injusticias de la vida
16 Vi más debajo del sol: en lugar del juicio, allí impiedad; y en lugar de la justicia, allí iniquidad. 17 Y dije yo en mi corazón: Al justo y al impío juzgará Dios; porque allí hay un tiempo para todo lo que se quiere y para todo lo que se hace.18 Dije en mi corazón: Es así, por causa de los hijos de los hombres, para que Dios los pruebe, y para que vean que ellos mismos son semejantes a las bestias.
19 Porque lo que sucede a los hijos de los hombres, y lo que sucede a las bestias, un mismo suceso es: como mueren los unos, así mueren los otros, y una misma respiración tienen todos; ni tiene más el hombre que la bestia; porque todo es vanidad.
20 Todo va a un mismo lugar; todo es hecho del polvo, y todo volverá al mismo polvo.
21 ¿Quién sabe que el espíritu de los hijos de los hombres sube arriba, y que el espíritu del animal desciende abajo a la tierra?
22 Así, pues, he visto que no hay cosa mejor para el hombre que alegrarse en su trabajo, porque esta es su parte; porque ¿quién lo llevará para que vea lo que ha de ser después de él?
“Pedid, y se os dará; Buscad, y hallareis; llamad, y se os abrirá, Porque todo aquel que pide, recibe, y el que busca halla; y al que llama, se le abrirá” Mateo 7:7,8
Hay tres niveles de funcionamiento en la Vida.
Esos tres niveles son pedir, Buscar y Tocar.
Desde que nacemos comenzamos a pedir. Pedir alimento, atencion o amor, pero a medida que crecemos pasamos de pedir a buscar y ya es nuestro esfuerzo propio pero finalmente Dios quiere que lleguemos al tecer nivel que es Tocar las puertas de otros para compartir lo que hemos encontrado.
En cual nivel te encuentras?
Solo pides?
Buscas y no compartes?
Solo pides?
Buscas y no compartes?
“Pedid, y se os dará; Buscad, y hallareis; llamad, y se os abrirá, Porque todo aquel que pide, recibe, y el que busca halla; y al que llama, se le abrirá” Mateo 7:7,8
La vida no es solo recibir..implica mucho más que eso. Es verdad que la vida comienza brindándonos nuevas experiencias desde el día que nacemos y cuando niños sólo recibíamos, pero a medida que crecemos encontramos que la vida no es solo pedir para recibir..pero que hay una etapa de buscar y otra de tocar. Por ello, Hoy quiero no solo pedir, sino buscar y tocar.
Pedid y se os dará-… Pedir es el primer paso en la vida diaria y en la vida espiritual. Cuando me acerqué a Dios comencé pidiendo salvación, sanidad, llenura del Espíritu y bendiciones.
Si mi vida solo experimenta el pedir y nada mas, tendré una vida muy escasa, barata y vacía, porque ese es solo el primer paso para las múltiples experiencias.
El segundo paso en la vida es buscar. Y Buscar es un paso más profundo. Exige trabajo, dedicación. Lo fácil es pedir….lo sólido y estable que me lleva a la madurez es buscar. No es fácil buscar, pero implica una real aventura..porque la Palabra dice.. quien Busca, encuentra.
El tercer paso es tocar. Y tocar es un paso de ministerio; Tocar para compartir. Quien busca encuentra y cuando encuentra toca las puertas de otros para compartir. Y compartir es el deseo de Dios.
Si hoy vivo solo para pedir estaré tomando el camino fácil y es muy probable que termine el día frustrado porque mucho de lo que pedí podría ser negado. Si hoy vivo para buscar encontraré lo que busco. Buscar exigirá diligencia, interés y propósito; pero si hoy vivo para tocar las puertas y compartir lo que he encontrado habre llegado al grado máximo de la vida. La oración es más que pedir….es buscar y finalmente tocar.
Estos tres pasos son aplicables a todas las áreas de mi vida. Hoy podré tocar corazones que se encuentran frustrados y vacíos y podré darles lo que de gracia he recibido.
Señor… Cuando di mis primeros pasos en la vida cristiana mi corazón se lleno de satisfacción porque lo que pedí, me lo diste. Pero luego entendí que no podía seguir viviendo solo para pedir…. necesitaba buscar y encontré lo que buscaba. A veces lo que busque no lo hallé de una vez, pero luego de horas y días lo encontré y sentí la satisfacción de hallarlo… Más pasaron los días y encontré que necesitaba experimentar un tercer paso… Tocar, Sí, tocar para compartir lo que hallé y encontré que las puertas de las oportunidades se abrieron.
Amén.
Amén.
Encontrando a Dios en el Matrimonio
Un hilo largo atraviesa todas las escrituras, comparando la relación de Dios y Su pueblo con la relación humana del matrimonio. Estas analogías nos enseñan verdades valiosas acerca de la naturaleza de Dios y nos ayuda a conocerle en muchas maneras.
Oseas nos muestra una realidad asombrosa—Dios ve a Su pueblo como un esposo ve a su esposa: “’En aquel día—afirma el Señor— ya no me llamarás: “mi señor”; si no que me dirás: “esposo mío”. Yo te haré mi esposa para siempre’” (Os. 2:16, 19a). Piensa en la diferencia entre “esposo” y “señor.” Dios quiere que nos relacionemos con él con una obediencia alimentada por el amor y la intimidad, no por temor egoísta. Un esposo tiene ternura para con su esposa que está ausente en la relación entre amo y esclavo. ¿Cómo vemos a Dios? ¿Le vemos como a un amo o como esposo?
Dios planeó el matrimonio como una señal que apunta hacia él. Como humanos con mentes finitas, necesitamos el poder del simbolismo para lograr entendimiento. Podemos usar nuestro matrimonio para explorar a Dios. Pero si estamos consumidos en señalar las fallas de nuestro cónyuge, perderemos los misterios divinos del matrimonio y las lecciones que tiene para nosotros.
El matrimonio puede ser un lugar santo, una relación que proclama el amor de Dios al mundo. Mientras sigue casada, una pareja demuestra, aunque imperfectamente, el compromiso continuo entre Cristo y su iglesia.
La pregunta clave es esta: ¿Veremos el matrimonio desde una perspectiva centrada en Dios o centrada en el hombre?
El saber por qué estamos casados y debemos permanecer casados es crucial. Con una perspectiva antropocéntrica, nos quedaremos en el matrimonio sólo si nuestras comodidades terrenales, deseos, y expectativas son cumplidos. Desde una perspectiva centrada en Dios, preservaremos nuestros matrimonios porque traen gloria a Dios y apuntan a un Creador reconciliador.
Más que ver el matrimonio como fuente de confort mutuo, lo debemos ver como un retrato de la relación divina entre Dios y Su pueblo. Pablo hace esta analogía explícita en Ef. 5:25-27.
25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,
26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra,
27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.
De hecho, ambos el Antiguo y el Nuevo Testamento usan el matrimonio como una analogía central—la unión entre Dios e Israel y la unión entre Cristo y la iglesia, respectivamente. Entender profundamente estas analogías es crucial, porque nos ayudan a captar el fundamento sobre el cual está basado un matrimonio Cristiano. Si creo que el propósito principal del matrimonio es el de modelar el amor de Dios para con Su iglesia, entraré en esta relación matrimonial con una motivación completamente nueva.
Oseas nos muestra una realidad asombrosa—Dios ve a Su pueblo como un esposo ve a su esposa: “’En aquel día—afirma el Señor— ya no me llamarás: “mi señor”; si no que me dirás: “esposo mío”. Yo te haré mi esposa para siempre’” (Os. 2:16, 19a). Piensa en la diferencia entre “esposo” y “señor.” Dios quiere que nos relacionemos con él con una obediencia alimentada por el amor y la intimidad, no por temor egoísta. Un esposo tiene ternura para con su esposa que está ausente en la relación entre amo y esclavo. ¿Cómo vemos a Dios? ¿Le vemos como a un amo o como esposo?
Dios planeó el matrimonio como una señal que apunta hacia él. Como humanos con mentes finitas, necesitamos el poder del simbolismo para lograr entendimiento. Podemos usar nuestro matrimonio para explorar a Dios. Pero si estamos consumidos en señalar las fallas de nuestro cónyuge, perderemos los misterios divinos del matrimonio y las lecciones que tiene para nosotros.
El matrimonio puede ser un lugar santo, una relación que proclama el amor de Dios al mundo. Mientras sigue casada, una pareja demuestra, aunque imperfectamente, el compromiso continuo entre Cristo y su iglesia.
La pregunta clave es esta: ¿Veremos el matrimonio desde una perspectiva centrada en Dios o centrada en el hombre?
El saber por qué estamos casados y debemos permanecer casados es crucial. Con una perspectiva antropocéntrica, nos quedaremos en el matrimonio sólo si nuestras comodidades terrenales, deseos, y expectativas son cumplidos. Desde una perspectiva centrada en Dios, preservaremos nuestros matrimonios porque traen gloria a Dios y apuntan a un Creador reconciliador.
Más que ver el matrimonio como fuente de confort mutuo, lo debemos ver como un retrato de la relación divina entre Dios y Su pueblo. Pablo hace esta analogía explícita en Ef. 5:25-27.
25 Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella,
26 para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra,
27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.
De hecho, ambos el Antiguo y el Nuevo Testamento usan el matrimonio como una analogía central—la unión entre Dios e Israel y la unión entre Cristo y la iglesia, respectivamente. Entender profundamente estas analogías es crucial, porque nos ayudan a captar el fundamento sobre el cual está basado un matrimonio Cristiano. Si creo que el propósito principal del matrimonio es el de modelar el amor de Dios para con Su iglesia, entraré en esta relación matrimonial con una motivación completamente nueva.
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